La reciente promoción de una certificación de la Complutense en Transformación Social liderada por Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, genera un intenso debate.
Una de las principales preocupaciones radica en la falta de credenciales académicas formales de Gómez, quien no posee una licenciatura oficial. Esta carencia plantea interrogantes sobre su capacidad para dirigir programas educativos de esta magnitud y complejidad, y suscita dudas sobre la legitimidad y calidad de la certificación que está promoviendo.
Además, la estrecha relación de Gómez con el Gobierno, dada su posición como esposa del presidente, ha avivado las sospechas de posibles conflictos de intereses. Algunos críticos sugieren que esta iniciativa podría estar siendo utilizada para promover los intereses políticos del Gobierno en lugar de priorizar el beneficio educativo y social.
La vinculación de la Fundación Complutense con figuras políticas del partido en el poder, como María Paz García-Vera, exalta aún más los temores de favoritismo político y falta de imparcialidad en la promoción de esta certificación.
Por otra parte, la falta de transparencia en cuanto al plan de estudios y el contenido exacto del programa ha suscitado preocupaciones sobre la relevancia y utilidad práctica de la certificación en Transformación Social de la Complutense propuesta por Begoña Gómez. Se demanda una mayor claridad y detalle en relación con los objetivos y la metodología de enseñanza de este programa.