Carlos III es coronado Rey en una histórica ceremonia
Carlos III ha sido coronado como rey en una solemne ceremonia celebrada este sábado en la Abadía de Westminster, en el corazón de la capital británica.
En el momento más importante de este acto protocolario, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó sobre la cabeza de Carlos III la suntuosa corona de San Eduardo, del siglo XVII. Tras colocarle la corona, el arzobispo gritó a la congregación «Dios salve al Rey», tras lo cual se escucharon trompetas.
Sentado en la silla de roble de San Eduardo, considerado el mueble más antiguo del Reino Unido y colocado sobre un piso de mosaico medieval, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico hasta el día de su muerte.
Al rey se le entregó el orbe del soberano, que simboliza el mundo; el cetro con cruz, que representa el mundo cristiano; y el cetro de la paloma, símbolo del papel espiritual del monarca. Ataviado con una capa dorada, el primado de la iglesia de Inglaterra le entregó al rey el guante blanco del poder.
Por último Welby le colocó la corona de San Eduardo, hecha en oro y decorada con rubíes, amatistas, zafiros, granate y topacios, la única vez en su vida que el monarca la llevará.
Antes, el monarca fue ungido con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury, el rito religioso más solemne de la liturgia de la coronación, que requiere que el monarca esté temporalmente oculto al público. El soberano quedó velado por un panel de tela bordada con motivos de ángeles y un árbol con 56 hojas que representan a cada uno de los países de la Mancomunidad Británica de Naciones, bendecida en la Capilla Real del Palacio de St James hace una semana.
Tras la coronación de Carlos III, le ha llegado el turno de Camila, que ha sido coronada como reina tras haber sido ungida con aceite por el arzobispo. La mujer del rey Carlos III desde hace 18 años deja de esta forma de ser llamada reina consorte, para pasar a ser considerada únicamente como reina.
Una sonriente Camila recibió de manos del obispo emérito de Londres y de la obispa de Dover el Cetro de la Reina Consorte y la Vara con Paloma de la Reina Consorte.
Según la tradición británica, las esposas de los monarcas son coronadas como reinas, algo que no sucede con los maridos de las reinas, como fue el caso del duque de Edimburgo, Felipe, padre de Carlos III y marido de Isabel II.
2.300 invitados
Tras la ceremonia en Westminster, a la que han asistido 2.300 invitados, los reyes han regresado en procesión a Buckingham, escoltados por unos 4.000 militares y a bordo de la suntuosa Carroza Dorada de Estado, usada en cada coronación desde la de Jorge IV en 1821.
La procesión ha sido dividida en ocho grupos, que han incluido a miembros de las Fuerzas Armadas de diversos países de la Commonwealth, así como de las distintas divisiones del Ejército británico. Esta es la primera ocasión en la que la lujosa carroza dorada ha sido utilizada por la familia real británica desde el Jubileo de Platino de la reina Isabel II, en junio de 2022.
Una vez de nuevo en palacio, ha sido el momento de otra de las imágenes más esperadas: el saludo desde el balcón, en el que no se ha podido ver al príncipe Enrique.
El vuelo rasante de 60 aviones sobre las cabezas de los asistentes ha dado por concluidos los festejos, antes de que Carlos III y Camila se hayan retirado en privado con sus familiares.