El diputado de Unión del Pueblo Navarro, Iñigo Alli, ha querido celebrar los 10 años cumplidos por su pequeña Inés de una forma muy especial.
«El otro día volví a ver a Jorge. Hace diez años que no lo veía. Su cara no se me olvidará jamás. Jorge – ahora sé su nombre- era el pediatra de guardia en el Hospital de Navarra aquella mañana del 14 de febrero de 2009. Hoy hace una década que en la sala de espera me dijo: “Enhorabuena, su hija ya ha nacido. Tengo que decirle que parece que su hija ha venido al mundo con síndrome de Down«», comienza el parlamentario en un hilo de Twitter que ha sido aplaudido por muchos usuarios de las redes sociales.
Allí indica a lo largo de los mensajes cómo le ha cambiado la vida (para mejor) desde que su hija Inés viniera al mundo. Este es el hilo completo:
Te cuento esta historia. Parte de mi historia.
Abro hilo. ⬇️— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
El otro día volví a ver a Jorge. Hace diez años que no lo veía. Su cara no se me olvidará jamás. Jorge – ahora sé su nombre- era el pediatra de guardia en el Hospital de Navarra aquella mañana del 14 de febrero de 2009.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Hoy hace una década que en la sala de espera me dijo: “Enhorabuena, su hija ya ha nacido. Tengo que decirle que parece que su hija ha venido al mundo con síndrome de Down”.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
No sé cuál fue mi cara ante aquella noticia. Solo recuerdo que le pregunté: “cómo está la niña?, cómo está Isa, mi mujer?”. “Ambas están bien”, respondió con seguridad Jorge.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Comenzaba a ser consciente que mi hija, a quién íbamos a llamar Inés, había llegado al mundo con una discapacidad.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Esa sensación de inquietud duró diez metros. El espacio que llevaba hasta la sala donde estaba Inés, llorando, sola. En ese momento, el pediatra colocó con mucho cuidado a mi hija en mis brazos. Inés estaba conmigo por primera vez. Y me sentí pleno.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Al llorar sus párpados superiores se montaban sobre los inferiores. Aquella “chinita” sé tranquilizó. Dejó de llorar.
Fue en aquel instante cuando supe – lo supe – que mi vida sería distinta. Diferente. Y supe que iba a ser mejor.— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
El médico me dijo que Isabel se estaba recuperando de la cesárea en la camilla y que aún no sabía nada de que Inés era una niña con síndrome de Down.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Me preguntó: “quiere que se lo comunique yo a su mujer o prefiero ser vd?”.
No lo dudé, quería decírselo yo. Coloqué a mi niña en una cuna junto a una lámpara que le daba calor.— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Crucé aquel con aquel olor a hospital. Y entré en la habitación en la que mi mujer intranquila por no saber nada de su bebé me preguntó: “Íñigo, ocurre algo con nuestra hija?”.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Le di un beso. “Cariño, Inés está bien. Es preciosa y tiene síndrome de Down”.
Sin dar tiempo a nada. Mi mujer me respondió: “trae a nuestra hija”.— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Allí, en ese momento, comenzó una nueva historia en nuestra vida. En nuestra familia. Una historia maravillosa.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Volví a por Inés, la tomé y la llevé con su madre.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Para entonces todo el equipo de profesionales de aquel turno sabían que había nacido una niña con discapacidad esa mañana.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Cuando los tres, Inés, Isabel y yo estábamos abrazados, sonriendo y viviendo la plenitud de nuestra repuesta ante aquella prueba que nos había dado la vida, llegaron para trasladar a planta a la mamá y a su hija.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Al pasar al lado del equipo de médicos y enfermeras (jamás estaremos lo suficientemente agradecidos por su exquisito trato) se oyó decir:
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
“Jo, Inés, qué suerte has tenido al nacer en esta familia”.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Han pasado diez años. Y Jorge me confesó: “te aseguro que todavía se recuerda vuestra reacción ante aquella adversidad”.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
No decidí tener una hija con discapacidad. Sí decidí cómo encarar la vida con ella. Y lo supe cuando mi mujer y yo, sin mediar palabra, nos miramos reafirmándonos en aquel reto.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Diez años después puedo decir que es un maravilloso reto. Porque si aquel día mi preocupación era qué le ocurriría a mi hija sin mí. Hoy se ha convertido en el reverso: que sería de mi vida sin Inés.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Oye, si hoy, mañana o en un futuro un médico os comunica que tendréis un hijo con discapacidad, debes saber que no estáis solos. La felicidad está en celebrar cada pequeño triunfo cotidiano.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
La felicidad no se desarrolla en la perfección sino precisamente en la consciencia de la imperfecta cotidianidad.
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019
Felicidades, Inés. Gracias por dar tanto a tus hermanos y a tus padres. pic.twitter.com/qpAe12XZGr
— Íñigo Alli (@inigoalli) 13 de febrero de 2019