14 de marzo de 2020: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez anunciaba a los españoles la entrada en vigor del estado de alarma. Un estado de alarma que anunció para 15 días, pero que se prolongaría hasta dos meses más. Y es que con aquellas declaraciones, la historia no hacía más que empezar.
Después de los 15 días de prórroga previstos en la norma suprema, llegó otra más, y otra, y otra y el apoyo de todas las fuerzas políticas sin que nadie cuestionara la legalidad: el PP se sumaba a ello y recalcaba que un estado de alarma no era suficiente, lo mismo Ciudadanos, que apoyó cada una de las prórrogas al Real Decreto de Estado de Alarma… Nadie se opuso a la ilegalidad.
Adiós a la libertad de reunión, de circulación, de culto
Nadie, salvo Vox: la formación de Santiago Abascal no sólo no apoyó ni una sola de las prórrogas, por considerarlas inconstitucionales, sino que además anunció un recurso de inconstitucionalidad contra la medida. Medida que el partido consideró desde el primer momento contraria al Orden constitucional y democrático por vulnerar derechos fundamentales de los españoles. Libertad de reunión, de circulación, de culto, incluso. Todas ellas fueron, ojo, no limitadas, como permite el mecanismo del estado de alarma, sino restringidas. Las calles vacías y los españoles anulados fueron las soluciones al incremento de contagios, que sin embargo, no cesó.
Aunque las cifras de muertos -manipuladas, por cierto- fueron elevadísimas, el Ministro de Sanidad salió victorioso a celebrar
Y aunque las cifras de muertos -manipuladas, por cierto- fueron elevadísimas, el Ministro de Sanidad se mostraba satisfecho: en mayo, el entonces Ministro de Sanidad, Salvador Illa, salió victorioso a celebrar el Estado de Alarma y que este había funcionado. Se hablaba por aquel entonces de ‘desescalada’, con medidas de lo más disparatadas que mejor guardar en el olvido, como aquella de que sí dejaban salir a la peluquería, o a pasear a un perro, pero no jugar a la calle a un niño.
Misteriosamente, el ministro de Sanidad que desapareció después. Aunque las cifras de contagios seguían en aumento. Illa huyó a Cataluña en busca de ser olvidado, quizás por el caso que ahora le podría salpicar y que está en la palestra, el caso Koldo.
Hoy se cumplen cuatro años de la primera ilegalidad de Sánchez… o no
Hoy se cumplen cuatro años de la primera ilegalidad visible del Ejecutivo de Sánchez, que trajo consigo tantas otras. Porque después de todo, el estado de alarma resultó ser ilegal y la pandemia no se frenó. Pero nadie ha dicho nada. Nadie ha exigido ni rendido responsabilidades, pese a los pronunciamientos posteriores del Tribunal Constitucional.
Y efectivamente, Sánchez y los suyos no han pagado ningún precio por su ilegalidad.