A diez días de que se constituyan los ayuntamientos resultantes de las urnas, cuatro capitales de provincia –Valladolid, Burgos, Guadalajara y Toledo– están pendientes de un pacto entre PP y Vox para saber quién asume el bastón de mando municipal.
Las elecciones del pasado 28 de mayo pusieron al PP en situación de gobernar en 31 capitales de provincia, pero solo en 14 tiene mayoría absoluta y podrá hacerlo sin necesidad de alianzas. Es el caso de Madrid, Málaga, Murcia, Córdoba, Granada, Oviedo, Almería, Santander, Logroño, Badajoz, Salamanca, Cádiz, Melilla y Teruel.
En otras doce, el PP ha ganado las elecciones y necesita a Vox para completar la mayoría absoluta. En estas localidades no está en riesgo la investidura porque no hay mayorías alternativas de izquierda y en los consistorios la ley electoral fija que el alcalde sea el más votado si ningún candidato alcanza mayoría.
Los populares podrán así asumir la alcaldía sin obstáculos en Valencia, Sevilla, Zaragoza, Palma, Alicante, Albacete, Castellón, Huelva, Cáceres, Ceuta, Huesca y Segovia, aunque necesitarán llegar a acuerdos en el día a día para aprobar planes municipales y presupuestos y evitar el bloqueo.
Valladolid, Burgos, Guadalajara y Toledo son las ciudades clave en las que el PP necesita a Vox para gobernar
Valladolid, Burgos, Guadalajara y Toledo son un caso distinto porque es el PSOE el que ha ganado las elecciones, pero la suma del PP y Vox es suficiente para formar gobierno. Para lograrlo ambas formaciones deben pactar, sin que por el momento se vislumbren grandes avances.
En Valladolid, donde el alcaldable del PP, Jesús Julio Carnero, ha abogado públicamente por un pacto, fuentes del PP indican que «de momento no hay nada» en materia de contactos con Vox.
En Burgos, el PP se ha encontrado con una propuesta del socialista Daniel de la Rosa bien para gobernar juntos en coalición o para tener en los populares a su socio preferente. Los populares no han respondido a la oferta del regidor socialista, mientras que sí reconocen contactos preliminares con el partido de Santiago Abascal.
PP y Vox comparten su único gobierno en coalición en Castilla y León, una circunstancia que debería allanar el pacto entre ambas formaciones, aunque su alianza autonómica ha estado salpicada de tensiones.
No se han iniciado conversaciones para un acuerdo de coalición en el Ayuntamiento de Guadalajara, según las fuentes consultadas por EFE.
Sí en Toledo, donde el pasado 1 de junio ya hubo una toma de contacto. Fuentes de Vox apuntan a que tienen ideas «muy similares» para la ciudad y que la reunión fue «muy cordial». El candidato del PP, Carlos Velázquez, ha afirmado que los toledanos «pidieron cambio y van a tener cambio». No hay fecha para un segundo encuentro.
El mismo escenario de Valladolid, Burgos, Toledo y Guadalajara se da en grandes ciudades como Alcalá de Henares, en la Comunidad de Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso ha defendido los pactos con Vox para apartar a la izquierda.
Los pactos se complican por la estrategia electoral cara al 23J
La dirección nacional del PP no despeja el escenario de pactos. Fuentes de este partido reiteran lo que Alberto Núñez Feijóo ha afirmado en público: los territorios tienen autonomía para sus alianzas. Vox por su parte no concreta sus exigencias para pactar.
Por delante ambos partidos tienen diez días para impedir que en estas cuatro capitales de provincia gobierne a la izquierda. Si no lo consiguen ahora, siempre pueden recurrir a mociones de censura en un futuro, pues juntos suman mayoría.
Porque a nadie se le escapa que esta negociación coincide con la precampaña de las elecciones generales, en la que el PSOE pretende vincular al PP con Vox, mientras Feijóo y sus barones reivindican que su meta es gobernar en solitario.
El mapa municipal puede guardar alguna sorpresa más, con partidos bisagra localistas y regionalistas. En Palencia, Vamos Palencia tiene la llave de un posible gobierno PP-Vox, mientras que el Ayuntamiento de León depende de la Unión del Pueblo Leonés (UPL), que si no pacta con el PSOE -la lista más votada- puede darle el consistorio al PP, pero con un veto a Vox.