2024: El año que viviremos peligrosamente o he visto cosas que vosotros no creeríais
Viviremos, sin duda, en este año que viene, cosas terribles que nos helarán la sangre, tal y como le amonestó la madre del socialista asesinado por ETA, Joseba Pagazaurtundúa, a un pasmado Patxi López. Este López, hijo decepcionante y sin talento de un viejo sindicalista de la margen izquierda de Bilbao, acabará justificando la entrega del gobierno vasco a quienes señalaron a sus compañeros socialistas para que luego fueran asesinados por ETA, y que después exaltaron a los criminales. Patxi es un caso perdido de completa amoralidad, como lo es Pedro Sánchez, un engolado puesto por el destino en la presidencia del gobierno que se comporta como un servil botarate con sus socios, todos ellos enemigos irreconciliables de la unidad entre los españoles.
Ese terrible augurio del haréis cosas que nos helarán la sangre de la madre de Pagazaurtundúa tiene algo también de aquella legendaria frase de la escena “Lagrimas en la lluvia” de Blade Runner: “he visto cosas que vosotros no creeríais”. Cosas terribles como la resurrección de las dos Españas, la destrucción de la convivencia, el final de la Justicia, la vuelta de la violencia y la censura, el avance del totalitarismo y la destrucción de la nación más antigua de Europa.
2024 será el año en que Pedro Sánchez pactará el referéndum de independencia de Cataluña y País Vasco; será el año en que consentirá la puesta en marcha de la absorción de Navarra por el País Vasco; será el año en que entregará el Poder Judicial y la Hacienda Pública a los separatistas; será el año en que asalte el CGPJ y termine con la ya cuestionada independencia judicial; será el año en que se produzca la toma total del poder económico (con daño irreparable para las empresas); será el año en que España entrará en una crisis económica y social (pobreza y miseria) de alto riesgo; será el año en que nuestro país quedará internacionalmente aislado y abandonado por socios y aliados, y será el año en que España se alejará peligrosamente de Europa.
2024 será en año en que Pedro Sánchez querrá hacer de la vieja España una república argentinizada, chavista, bananera.
Hemos vivido los mejores 60 años de la historia de España (sesenta, sí, sesenta), pero un presidente del gobierno profundamente amoral, sin escrúpulos y con una desordenada ambición de poder, ha puesto en 2023 nuestro país patas arriba y se dispone, en 2024, con una irresponsabilidad sin precedentes, a entregarlo todo a los herederos de una banda terrorista.
Cuando Sánchez deje el poder, dejará este país en el arroyo. Que nadie, sin embargo, se rinda. No es la primera vez que cosas así le suceden a España (con ser una de las más graves que le han sucedido). Esta Nación es de una fortaleza inimaginable y volverá, sin duda, con nuestro compromiso, con nuestro patriotismo, con nuestro trabajo, a resurgir de sus cenizas.
2024 será el año que viviremos peligrosamente, claro, pero no el último de nuestra vida nacional.
Y será también el año del principio del fin de este sátrapa petimetre y de su interminable corte de los milagros.
Porque también Pedro Sánchez, el replicante de sus socios-amos, se perderá en el tiempo con los suyos, diluidos todos ellos como lágrimas en la lluvia…