El Falcon y la República Dominicana
El culebrón del matrimonio Sánchez-Gómez (o Gómez-Sánchez, porque tanto monta) continúa.
Ahora ya se sabe que mientras la señora de Sánchez tenía estrechísimas relaciones de amistad con el presidente de Air Europa y financiaba sus proyectos y sus saraos empresariales con cargo a esa compañía, el señor de Gómez rescataba la línea aérea con nada menos que 1.100 millones del erario público y la contrataba para el transporte de mascarillas.
Mientras, el comisionista del caso Abalos-Koldo, un tal Aldama, contratado casualmente por Air Europa para cobrar una deuda 200 millones que el chavismo tenía pendiente con Air Europa, acudía a Barajas a no se sabe qué (pero se puede intuir) cuando el desembarco de las 40 maletas de Delcy Rodríguez.
Lo que no se sabe es por qué ni para qué el presidente decidió enviar 33 veces un Falcon del estado español a República Dominicana, donde por cierto reside el amigo de su mujer y presidente de Air Europa.
¿Quién o quienes iban en ese Falcon? ¿Por qué tuvo que ir 33 veces, siempre a República Dominicana? ¿Qué carga llevaba, si es que lo hacía (porque no se sabe) el avión militar del estado en cada trayecto? Son cuestiones que el contribuyente español, que paga el avión, tiene derecho a conocer, pero nadie da explicaciones. ¿Hubo abuso del avión oficial?
La isla, es cierto, puede servir como escala de viajes oficiales a Centroamérica pero no es menos cierto que en uno de cada tres vuelos no consta el destino posterior, lo cual significa que no hubo escala. ¿Qué hacía un avión de estado frecuentando con insistente regularidad la isla? ¿Se iban de vacaciones? Se celebraban reuniones secretas o discretas al calor del Caribe? El gobierno se niega a responder sobre el uso del Falcon y con su silencio da lugar a todo tipo de especulaciones.
Un chascarrillo empieza a correr ya en círculos periodísticos. Alguien ha bautizado la línea del Falcon a Dominicana como “Air Begoña”. Si el Gobierno quiere cortar ese tipo de insinuaciones (que pudieran ser maliciosas y dañinas) debe aclarar el sentido y función de tanto viaje a la isla: los españoles tienen derecho a saber la verdad y la ley de Transparencia –sistemáticamente ignorada por Sánchez y los suyos- le obliga a hacerlo.
33 viajes en Falcon a República Dominicana son muchos. O eso parece.