Guardiola hace perder al PP el gobierno de Extremadura y pone en peligro el de España
Ayer, la presidente del PP en Extremadura, María Guardiola, fue un vivo ejemplo de que los líderes políticos no se improvisan, y de que no todo el mundo vale para eso tan complicado que llamamos “arte de la política”.
Guardiola ha hecho con el PP lo mismo que Doña Cecilia hizo con el Ecce Homo de la iglesia de Borja.
Cuesta mucho ir enhebrando un cuadro político hasta convertirlo en realidad y es muy fácil que de un día para otro llegue una persona resuelta con su “Don limpio” y su bayeta purificadora en mano y se cargue el trabajo de años.
El gol que esta señora ha marcado en propia meta, a sí misma, a su partido y a su presidente nacional, es inconmensurable.
Se nos ocurren, al menos, cinco razones para sostener la afirmación anterior:
1.- Guardiola, demonizando a Vox, ha deslegitimado los pactos regionales del PP con el partido verde en las Comunidades Autónomas de Valencia y Baleares (y las que vengan), además de los acuerdos de gobernabilidad cerrados en cientos de ayuntamientos de España (Extremadura incluida).
2.- Guardiola ha deslegitimado el futurible acuerdo nacional de su propio partido y de su propio presidente, Nuñez Feijóo, con Abascal para lograr el gobierno de España, máximo objetivo del PP.
3.- Guardiola, con su exabrupto, ha legitimado el discurso electoral de la izquierda contra el PP y ha dejado a Feijóo al pie de los caballos. Ya los medios afines al régimen pueden repicar por doquier que hasta María Guardiola da a entender que el PP es de derecha extrema y por eso pacta con la extrema derecha.
4.- Guardiola le ha hecho la campaña electoral del 23-J al PSOE. En Ferraz, desde ayer, bailan por alegrías.
5.- Guardiola ha perdido el gobierno de Extremadura. Ha cerrado cualquier posibilidad, presente o futura, de acuerdo regional con Vox. Si finalmente se repiten las elecciones en Extremadura, que nadie dude de que ganará (otra vez) Fernández Vara, que no es ningún loco y ha sabido mantener cierta equidistancia con Pedro Sánchez, el malo. Si se repiten las elecciones, los extremeños podrán hacer lo que siempre se ha hecho en estos casos: castigar en generales a Pedro Sánchez y salvar en regionales a Fernández Vara. ¿No sabe esta señora que parte del voto recibido por el PP en elecciones autonómicas –y parte de la abstención de la izquierda- ha sido un castigo a Sánchez, un voto prestado, y que ahora, promocionando unos nuevos comicios regionales, ese efecto queda eliminado?
La sutil estrategia de Guardiola de demonizar a Vox –continuadora de Pablo Casado en este punto- es el gol en propia puerta más clamoroso de la historia política del PP. No aprenden.
El ladrido de ayer es el caniche que da paso al dóberman.