Revalidar su pacto con Bildu/ERC sería el final de la nación española
Es un pelmazo, sí; es un fantasma insoportable y un jactancioso de tercera división, por supuesto. Pero lo malo, lo peor de Pedro Sánchez no es su carácter. No hay que evitar que siga gobernando solo porque sea un tipo insufrible y coja mucho el Falcon y tenga esos andares chulescos y esa actitud de arrogancia y ese narcisismo que le convierte en un mediocre con pretensiones y en un tipo ridículo.
No; lo malo, lo peor de que Pedro Sánchez ganara las próximas elecciones generales es que su victoria significaría una reválida para su proyecto político, cuya primera fase hemos sufrido en esta legislatura y que abriría una segunda fase, ya irreversible para el destino de España y de una intensidad inimaginable.
Si él gana, ERC gana. Si él gana, Bildu gana. Si él gana, Podemos gana.
Lo que se somete a votación el próximo día 23 de julio no es solo un cambio de gobierno, sino sobre todo y también un cambio de régimen político. Si él gana, ERC y su proyecto ganan. Si él gana, Bildu y su proyecto ganan. Si él gana, Podemos y su proyecto ganan.
Si Sánchez revalida el hecho gravísimo de haber gobernado con esos socios que son los enemigos de la nación española; si revalida el hecho gravísimo de haber puesto en marcha un proyecto político de máxima deslealtad histórica e institucional, si lo consigue, será el final de lo que aún queda de la Constitución española, de la Monarquía parlamentaria, de la instituciones del estado, de la división de poderes, de la (muy debilitada ya) nación española y de la misma europeidad del país.
Si Pedro Sánchez gana las elecciones se abrirá la segunda fase del proyecto político con Bildu/ERC, y el Frente Popular traerá la República y transformará el Estado Autonómico (con todos sus errores y carencias multiplicados por mil) en un modelo confederal con estados libres asociados.
España sufrirá un agudísimo proceso de latinoamericanización política. Iremos inevitablemente a la bancarrota y al desmantelamiento del sistema productivo del país.
Será el final del ya maltrecho Estado de Derecho y las libertades civiles y políticas serán sustituidas por una feroz ingeniería social en nombre de la llamada diversidad.
Por eso hay que votar en masa a los partidos del centro y de la derecha. Y por eso estos partidos tiene que ser capaces de articular un proyecto para salvar España. De eso se trata.