El abominable cinismo de las FARC tras el asesinato de los niños indígenas
Colombian News
Las FARC admitieron que fueron ellas las que asesinaron a los cuatro niños indígenas en Putumayo. Pero advirtieron que ese crimen hace parte, según ellas, de “la lucha por la paz” y que en las FARC “hay un férreo compromiso de lucha por la paz”.
En el repugnante comunicado del 21 de mayo, las Farc reconocieron haber “ajusticiado” a tres niños indígenas en Putumayo, miembros de la comunidad Murui. Según los narco-terroristas, ellos habían sido “reclutados” por las FARC, acto que llevó al gobierno a suspender el tan criticado cese al fuego con esa guerrilla.
El comunicado de la banda dice: “Frente a los hechos ocurridos en el Putumayo, asumimos la responsabilidad de la muerte de los tres jóvenes (No fueron cuatro) que fueron ajusticiados”. Agregaron que los menores asesinados “tenían la edad que exige el derecho internacional humanitario para su reclutamiento”. Es falso que el derecho internacional de luz verde al reclutamiento de niños y mucho menos cuando éstos son reclutados para ser usados como miembros de una organización ilegal armada.
La mentira continúa en el texto fariano cuando subraya que ese “reclutamiento” –el acto realizado fue realmente un cobarde secuestro facilitado por el hecho de que las víctimas eran menores de edad– fue hecho de “manera voluntaria”. Como los niños asesinados no pueden decir lo contrario, las FARC mienten a su antojo sobre ese punto. Igual de mentiroso es el anuncio de que las FARC están dispuestas a “reparar” a la citada comunidad indígena por el asesinato de sus menores: “Asumiremos nuestra responsabilidad, reconociendo los errores cometidos y asumiendo compromisos claros para la reparación con las comunidades”. Dan a entender que enviarán un destacamento armado para negociar con indígenas desarmados la tal “reparación”. En el perverso lenguaje de las FARC ellas dicen: “Delegaremos una comisión de paz, toda vez que no existe el mecanismo de verificación local”.
Tras conocer el crimen contra los menores en Putumayo, el gobierno de Gustavo Petro reunió un consejo de seguridad durante el fin de semana, para tomar medidas al respecto. A tal acto asistieron varios funcionarios del ministerio del Interior, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, y de la Gobernación del Caquetá. Ningún ministro de Estado estuvo presente. Tampoco fueron invitados al supuesto “consejo de seguridad” representantes del Ejército ni de la Policía.
Entre las conclusiones de la reunión está la realización de una investigación de la fiscalía general de la Nación. Lilia Solano, la nueva viceministra del “diálogo social, la igualdad y los derechos humanos”, utilizando el vocabulario de las FARC, mencionó unas vagas medidas, que ella llamó “planes de vida”, así como realizar inversiones “en los territorios” para “el fortalecimiento a las guardias indígenas”, organismo informal que no jugó papel alguno en la protección de los cuatro niños indígenas asesinados. La señora Solano concluyó que el gobierno de Gustavo Petro “reconoce que ese drama del reclutamiento forzado (sic) tiene que ser respondido con las entidades en su conjunto”. En ningún momento la vocera gubernamental indicó que las fuerzas militares y de policía de Colombia tratarán de buscar y capturar a los asesinos de los cuatro niños indígenas.