El multiculturalismo pasa de idea bonita a experimento fallido en cuanto se pone en práctica
En Dinamarca gobierna la izquierda. Una izquierda que se ha dado cuenta de que la convivencia entre culturas opuestas es complicada. Así, este país apuesta por la tolerancia cero ante la inmigración ilegal y masiva. Actualmente existe consenso entre las fuerzas políticas danesas al respecto, vistas las consecuencias de las políticas migratorias de la UE en los últimos 20 años. Sin embargo, la realidad se acaba imponiendo.
Desde 2010, este país de apenas 6 millones de habitantes recibía 50.000 inmigrantes cada año de media. Desde 2015 con la crisis de los refugiados, reciben unos 75.000, lo que ha provocado un giro drástico en la política migratoria de este pequeño país nórdico.
El Gobierno socialdemócrata no permite la llegada de inmigrantes fuera del sistema de acogida previsto por la ONU y aboga por que los centros de inmigrantes sean situados fuera de sus fronteras. En Dinamarca también se han dado cuenta del abuso que se hace del status de refugiado y se plantean deportar a todos aquellos que realmente no lo sean. En los últimos años solo 250 han sido aceptados como tales. El ejecutivo del país nórdico se suma a los países europeos que ponen pie en pared ante la inmigración masiva y descontrolada.
Ley anti-guetos: el desempleo y la delincuencia caen en picado
El Gobierno danés fomenta una política asimilacionista con la que pretende que los inmigrantes se adapten al modo de vida del país. Por ello, se ha propuesto acabar con los guetos existentes al relocalizar a los inmigrantes que allí viven a lo largo y ancho de Dinamarca. La fecha para cumplir con este objetivo es 2030. El Ejecutivo describe estas zonas como sociedades paralelas que no se rigen por los modos del país de acogida sino por los del país o cultura de origen de sus habitantes, en su mayoría musulmanes. Mette Frederiksen, jefa de gobierno, se escuda en que en estas zonas más del 50% de la población es extranjera, el desempleo se sitúa en el 40% y los ratios de criminalidad son muy superiores a la media nacional.
Los datos son positivos desde la implementación de la Ley anti-guetos. Ejemplo de ello es Copenhague. El desempleo ha caído un 30% y la delincuencia también.
¿Despertarán el resto de países europeos?