Este miércoles han entrado en vigor los nuevos aranceles de Estados Unidos aprobados por la administración de Donald Trump, que afectan directamente al comercio internacional con dos de sus principales socios: la Unión Europea y China. Con estas medidas, Estados Unidos busca reequilibrar su balanza comercial y reforzar sectores estratégicos nacionales.
La principal novedad es la imposición de un arancel del 20% a los productos procedentes de la Unión Europea, en una medida que amplía la guerra comercial que Trump ha reactivado. Paralelamente, China se enfrenta ahora a aranceles del 104% en total, tras la entrada en vigor de un nuevo impuesto del 50%. Esta decisión responde a la negativa de Pekín a retirar las tarifas del 34% que mantenía sobre productos estadounidenses.
Donald Trump ha defendido públicamente estas decisiones, calificándolas como «aranceles recíprocos» necesarios para reducir los «masivos déficits financieros» con ambos bloques económicos. El objetivo, según ha explicado, es proteger la industria nacional frente a la competencia extranjera.
Bruselas responde con nuevos gravámenes
La Comisión Europea ha anunciado una respuesta inmediata, que se implementará en tres fases: el 15 de abril, el 16 de mayo y el 1 de diciembre, esta última centrada en productos agrícolas como la soja y las almendras. El arancel fijado por Bruselas será del 25% a diversos productos estadounidenses.
Además, ya estaban en vigor medidas estadounidenses sobre productos clave europeos como acero, aluminio, vehículos, vinos, productos farmacéuticos, agrícolas y energéticos, todos ellos sectores altamente sensibles para el comercio bilateral.
El 2 de abril, durante lo que Trump denominó como el ‘Día de la Liberación’, se anunciaron aranceles adicionales a otros países: Japón (24%), Vietnam (46%), Taiwán (32%), Corea del Sur (25%), Tailandia (36%), Suiza (31%), Indonesia (32%), Reino Unido y Brasil (10%).
Estas cifras reflejan un endurecimiento general de la política comercial exterior de Estados Unidos, que sigue apostando por una estrategia de presión bilateral para renegociar términos más favorables.
Otras medidas en vigor
Desde el 12 de marzo, el Estados Unidos ya había impuesto un 25% en aranceles a las importaciones de acero y aluminio, con un impacto estimado por Bruselas de 28.000 millones de dólares.
También se ha activado un nuevo arancel del 25% a países que adquieran petróleo y gas natural de Venezuela, así como una tasa del 25% a los vehículos importados desde el 3 de abril.
Por su parte, Canadá ha respondido con un 25% de arancel a los automóviles estadounidenses que no cumplen con las normas del tratado T-MEC.