Daniel Ortega ordena bloquear las cuentas bancarias de la Iglesia católica para forzar el cierre de los centros de culto
Esta misma semana la policía han detenido a tres sacerdotes católicos
Según han avanzado los diarios La Prensa y 100% Noticias, y confirmado varios sacerdotes afectados, el régimen sandinista ha bloqueado cuentas bancarias de la Iglesia Católica en las últimas horas. La medida sucede cuando en esta semana agentes policiales han detenido a tres sacerdotes católicos, uno de ellos bajo la acusación de traición a la patria.
El Gobierno de Nicaragua que preside el dictador Daniel Ortega congeló las cuentas bancarias de al menos tres de las nueve diócesis de la Iglesia Católica nicaragüense. Las diócesis con sus cuentas bancarias intervenidas son las de Managua y las de Matagalpa y Estelí, a cargo del obispo encarcelado Rolando Álvarez, quien en febrero pasado fue condenado a más de 26 años de prisión por supuestos delitos considerados como «traición a la patria«.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, obispo Carlos Herrera, dijo a la plataforma Despacho 505 que han recibido informaciones sobre los inconvenientes con las cuentas bancarias de las diócesis, pero que no han sido notificados de forma oficial.
La investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina publicó capturas de pantallas sobre intentos de transferencias bancarias a las cuentas de la Arquidiócesis de Managua, sin éxito. «Verifique que la cuenta ingresada esté correcta e intente de nuevo», «Su transferencia no ha podido realizarse», «Cuenta no válida», son, entre otros, los mensajes que se leen al intentar hacer una transferencia en las cuentas de la Arquidiócesis de Managua, según Molina.
De momento ni el Gobierno ni la banca privada se han referido a la restricción de esas cuentas bancarias de las diócesis, ni a la detención de tres sacerdotes en esta semana.
Hace dos días, la Policía Nacional informó de que investiga al sacerdote Jaime Montesinos por «cometer» actos que menoscaban supuestamente la independencia, la soberanía y la autodeterminación de la nación, de conformidad con el artículo 1 de la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía, la Autodeterminación y la Paz. El religioso es párroco de la iglesia Juan Pablo II del municipio de Sébaco, departamento de Matagalpa, la diócesis que dirige el obispo Álvarez. La Policía también investiga a otros dos sacerdotes por «asuntos administrativos» de la disuelta Cáritas Diocesana de Estelí, norte de Nicaragua, que también administra Álvarez.
Silenciar a la Iglesia Católica en Nicaragua
Para el dirigente opositor nicaragüense desnacionalizado Félix Maradiaga, «el bloqueo de las cuentas bancarias de varias diócesis de la Iglesia católica en Nicaragua es un acto extremo de agresión y de persecución a la Iglesia«. «Es, además, una declaración explícita de las verdaderas aspiraciones de la dictadura: callar y disolver por completo la voz e incluso la presencia, de una institución que, por su peso moral en Nicaragua, es un obstáculo en los planes de los Ortega-Murillo, de consolidar una dictadura dinástica«, advirtió Maradiaga a través de una declaración pública. «Ya es hora de que la comunidad internacional pase a la fase de desconocimiento absoluto del régimen«, agregó.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven ahora momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas. El papa Francisco tildó de «dictadura grosera» al Gobierno sandinista en una entrevista con Infobae, señalando «un desequilibrio de la persona que dirige» el país centroamericano.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.
«Arrecia guerra contra la Iglesia Católica. Más de 520 agresiones y contando», denunció el diplomático Arturo McFields, exembajador nica ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Tras haber aplastado por la fuerza a la oposición, a la disidencia y a buena parte de la sociedad civil, forzadas al destierro, al exilio o la cárcel, Ortega y su mujer, la copresidenta Rosario Murillo, han centrado sus ataques en la Iglesia Católica, que mantiene su presencia en todo el país. Ya en la pasada Semana Santa se prohibieron buena parte de las procesiones y se persiguió a quienes se atrevían a salir a la calle.
«La dictadura sandinista está asfixiando económicamente a la Iglesia, algo que ya venía haciendo de otras maneras, por ejemplo con las ayudas en alimentos de Cáritas, retenidos por largo tiempo en la aduana hasta que se arruinaba. Al no tener acceso a las cuentas bancarias, las iglesias no van a tener cómo pagar los compromisos financieros que todas parroquias generan, como electricidad, agua, teléfono y pago del personal. En relación a las casas de formación, se dificultaría el pago de la alimentación y de los docentes. Esto obligaría al cierre», detalla para EL MUNDO la abogada Martha Patricia Molina, especialista en temas religiosos.
En arresto domiciliario se encuentran los sacerdotes Pastor Eugenio Rodríguez y Leonardo Guevara, párrocos de la Divina Providencia de Jalapa y de la Catedral de Estelí. En la cárcel, además del obispo Álvarez, permanecen los presbíteros Leonardo Urbina y Manuel García.