El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha exigido este miércoles por primera vez de forma pública que se implemente la propuesta para expulsar a dos millones de palestinos de la Franja de Gaza. El plan, promocionado primero por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, implicaría enviar a los gazatíes a otros países del mundo árabe, como condición para poner fin a la guerra.
Así, el gobernante asegura que está «listo para poner fin a la guerra bajo condiciones claras que garanticen la seguridad de Israel». Esto incluye otros hitos de vital importancia para su Gobierno, tales como que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) deponga las armas, la vuelta de todos los rehenes retenidos por los islamistas. En definitiva, «que Gaza esté totalmente desarmada y llevemos a cabo el plan de Trump, tan correcto y revolucionario», asegura Netanyahu.
«Hamás será derrotado por completo»
El primer ministro israelí daba su primera rueda de prensa en cinco meses, y aprovechó la ocasión para hacer públicas importantes decisiones sobre el conflicto bélico. Aseguró estar preparado para negociar un «alto el fuego temporal», y así liberar a los rehenes que continúan en la Franja desde octubre de 2023.
También ha afirmado que el ejército de Israel «está ganando cada vez más terreno para limpiarla de terroristas y de la infraestructura terrorista de Hamás». Netanyahu aprovechó para prometer que, finalmente, «todos los territorios de Gaza estarán bajo el control de la seguridad israelí y Hamás será derrotado por completo».
Y con respecto a la polémica con la ayuda humanitaria internacional, el mismo ha explicado que ha decidido reanudar la entrada. Por su parte, la ONU ha negado que haya sido distribuida por el momento. La decisión busca mantener el apoyo de los aliados, pero Netanyahu ha advertido de que Hamás saquea los cargamentos, y los vende a precios exorbitantes para financiar sus actividades.