El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado una pausa en su agenda pública para reflexionar sobre su permanencia al frente del Ejecutivo. Esta decisión plantea una serie de posibilidades con distintos matices y repercusiones.
En primer lugar, hay que destacar que Sánchez no puede disolver las Cortes antes del 30 de mayo, pasado un año desde la última disolución. Sin embargo, tiene la opción de someterse a una cuestión de confianza en el Congreso, la cual no requiere mayoría absoluta para ser aprobada.
Escenario de disolución de las Cortes
Si Sánchez optara por disolver las Cortes, las elecciones se celebrarían nuevamente en julio, pero esta vez a finales del mes. El primer domingo disponible sería el 28 de julio, tras las elecciones catalanas del 12 de mayo y las europeas del 9 de junio.
Por otro lado, si el presidente considera que no es conveniente continuar en su cargo, podría optar por presentar su dimisión, lo que abriría la posibilidad de que otra persona se someta a una sesión de investidura.
En este escenario, la decisión recaería en el jefe de Estado, quien debería iniciar una nueva ronda de consultas en Zarzuela y proponer a la persona que considere más viable para someterse a una cuestión de confianza en el Congreso.
Para obtener la confianza del Congreso, bastaría con obtener el voto de la mayoría simple de los diputados, es decir, al menos 172 votos. En este sentido, Sánchez no necesitaría el apoyo explícito de Junts, ya que le bastaría con su abstención.