Victoria Salinas abandonó su trabajo en un centro de menores después de vivir un motín de los ingresos. A su juicio, las medidas de contención implantadas «no sirven», porque, asegura, «los menores van a seguir cometiendo agresiones en los centros si no se les pone ningún freno». La educadora apunta además a la indiferencia de las comunidades autónomas, que delegan la gestión de los centros de menores a empresas privadas «para lavarse las manos».
