Hoy en Dando Caña, Alejo Vidal-Quadras opina sobre la situación de Venezuela, y asegura que llamarlo dictadúra es quedarse corto.
Venezuela no solo es una dictadura, sino que ha evolucionado a un estado controlado por una banda de gánsteres que saquea las riquezas del país y opera como una organización criminal dedicada al narcotráfico.
Esta descripción supera la categoría de dictadura tradicional, ya que el régimen de Maduro elimina a quienes lo desafían y utiliza la violencia paramilitar para reprimir cualquier oposición.
El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, evitó calificar a Venezuela como dictadura, lo que refleja una connivencia política con el régimen. Sin embargo, es evidente que el país está sumido en una opresión brutal.
Se argumenta que la única manera de derribar este régimen es a través de la presión conjunta: la comunidad internacional debe aislar al régimen mientras que el pueblo venezolano se levanta contra él, aunque esto implica arriesgar la vida debido a la brutal represión. Desafortunadamente, la comunidad internacional no ha actuado con la contundencia necesaria y el pueblo venezolano enfrenta grandes obstáculos para liberarse.
