Hoy, el Congreso de los Diputados vivió una jornada marcada por una gran tensión debido a la polémica Ley de Pérdidas y Desperdicio Alimentario. El conflicto surgió después de que, al regresar al Congreso el proyecto de ley que había pasado por el Senado, la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, con la mayoría del PSOE y Sumar, decidiera eliminar dos enmiendas clave que habían sido aprobadas en la Cámara Alta. Estas enmiendas, que proponían una rebaja del IVA de los alimentos básicos y un régimen transitorio de retribución a las plantas de cogeneración, fueron excluidas sin permitir que los diputados pudieran debatirlas o votarlas.
Este veto provocó una fuerte reacción tanto de la oposición como de los letrados del Congreso, quienes cuestionaron la legalidad de la decisión. El Partido Popular, Esquerra y Junts se unieron para presentar escritos de reconsideración, exigiendo que se respetaran las enmiendas aprobadas en el Senado. Sin embargo, a pesar de las advertencias legales, la Junta de Portavoces decidió no aplazar la votación de la ley, lo que desató una bronca en el hemiciclo.
Miguel Tellado, portavoz del PP, intentó interrumpir el orden del día para exigir que se debatieran las enmiendas, pero la respuesta fue un muro infranqueable, con la negativa a darle la palabra. Este enfrentamiento no fue solo una discusión política, sino que revela una maniobra que, según los expertos, podría estar relacionada con posibles delitos de prevaricación, falsedad y falta de transparencia en el proceso legislativo.
Lo que ocurrió hoy no es solo una disputa entre partidos, sino una amenaza a la integridad del sistema parlamentario. La alteración del texto legislativo original y la imposición unilateral de cambios por parte de la Mesa del Congreso, dominada por el PSOE, han sido calificadas como un fraude parlamentario, lo que establece un peligroso precedente. Si la Mesa del Congreso puede borrar lo que no les conviene antes de que los diputados lo voten, se está instaurando una peligrosa forma de censura que podría llevar a un autoritarismo disfrazado de parlamentarismo
