La situación actual en la región es compleja y está marcada por una serie de desafíos. A pesar de que han pasado 20 días desde el inicio de los conflictos en Gaza, no se ha producido una entrada a gran escala de las fuerzas israelíes en la región. Esto ha sorprendido a muchos, ya que Israel había anunciado su intención de llevar a cabo una incursión terrestre para lograr sus objetivos, que incluyen poner fin al dominio político de Hamás en Gaza.
Sin embargo, la entrada de Israel en Gaza es un desafío considerable debido a la extensa red de túneles subterráneos construidos por Hamás a lo largo de décadas. Estos túneles se utilizan para albergar armas, combustible, prisioneros y refugios, lo que hace que sea esencial preparar el terreno antes de una incursión terrestre. Israel está llevando a cabo ataques aéreos para destruir objetivos específicos y para obligar a la población civil a trasladarse al sur, ya que se espera que el ataque no se limite al sur y que abarque toda la región.
La razón de la demora en la incursión terrestre puede estar relacionada con la prioridad que Israel otorga a la seguridad de sus ciudadanos, incluyendo a los secuestrados. La sociedad judía en Israel exige que el gobierno haga todo lo posible para traer de vuelta a sus ciudadanos secuestrados, y el temor a que puedan morir como resultado de la ofensiva ha aumentado la presión tanto en Israel como a nivel internacional.
La opinión pública en Israel también ha cambiado en los últimos días, con un menor apoyo a la invasión debido a la creciente preocupación por la seguridad de los secuestrados. Además, existe incertidumbre sobre qué sucederá en Gaza una vez que Israel termine su ofensiva, ya que no está claro quién o qué grupo podría gobernar la región después de la retirada israelí.
