En su intervención en Dando Caña, Julio Ariza expone una crítica profunda sobre el aborto y la defensa de la vida humana desde su concepción. En sus declaraciones, Ariza afirma que la izquierda es coherente con su postura, ya que no reconoce la existencia de una vida humana dentro del vientre materno, lo que les permite justificar el aborto en cualquier etapa del embarazo. Desde esta perspectiva, Ariza denuncia la incoherencia al proteger la vida animal, como en el caso del lince ibérico, mientras que se permite la interrupción de la vida humana sin consecuencias legales.
Ariza enfatiza que el aborto es un «asesinato con agravante de vínculo», y que el Estado no debería financiarlo bajo ningún concepto. Critica a las sociedades actuales por no otorgar la misma protección a los fetos humanos que a ciertas especies protegidas, y se refiere al líder argentino Javier Milei como el único político en la escena mundial que se atreve a llamar al aborto por su nombre: asesinato. Ariza plantea que, si se reconoce la existencia de una vida humana desde el momento de la concepción, el aborto debe ser tratado como un delito penal.
El periodista también destaca la importancia de la información, especialmente para los jóvenes y las mujeres que enfrentan la decisión de abortar. Según él, el sistema educativo y los poderes públicos deberían velar por que la sociedad esté informada de las implicaciones reales del aborto y de otras prácticas, como las relaciones homosexuales, que según Julio Ariza, también entrañan graves riesgos para la salud.
En resumen, Julio Ariza defiende la vida humana en gestación como un derecho que debe ser protegido por el Estado y critica la hipocresía social que otorga más valor a la vida animal que a la humana.