Desde el inicio de la crisis de Arguineguín en 2020, más de 20.000 migrantes ilegales han llegado a las Islas Canarias, desencadenando un efecto llamada sin precedentes. Las medidas implementadas, como el reparto de menores extranjeros no acompañados y el traslado en aviones hacia la península, buscan aliviar la presión migratoria en el archipiélago pero podrían estar exacerbando el problema. El año pasado, en octubre, llegaron más de 15.000 migrantes ilegales, cifra sin precedentes, y el cierre del año registró casi 40.000 llegadas. Este año se espera un nuevo récord debido a las políticas actuales que, lejos de relajar la situación, podrían incrementar el efecto llamada, atrayendo más migrantes desde el Sahel y toda África hacia España a través de las Islas Canarias.
