Los disturbios en Francia tras la muerte de un joven musulmán de 17 años provocan más de 3.000 detenciones, más de 2.000 incendios en la calle y ataques a centenares de edificios públicos y 600 policías y bomberos que han resultado heridos. A pesar de que Francia es el claro ejemplo de cómo el modelo de integración y multiculturalismo ha fallado, el presidente prefiere mirar hacia otro lado. Durante una rueda de prensa, Emmanuel Macron señala la influencia negativa de los juegos en los jóvenes al alegar que fomentan la violencia.
