Hoy en Dando Caña, comenzamos con la noticia de que España cancela un contrato de compra de armas con una empresa Israelí, esto provoca un enfado de Israel, Sánchez vuelve a dejar a España en una posición lamentable.
España rompe contrato con Israel por presión política interna: una decisión con un precio millonario y un impacto diplomático serio.
Lo que comenzó como una compra legal de munición por más de 5 millones de euros ha terminado en un escándalo político. El Gobierno de Pedro Sánchez, presionado por su socio minoritario de coalición, ha rescindido unilateralmente un acuerdo internacional alegando principios «humanitarios» en plena crisis de Gaza.
Resultado: más de 6 millones perdidos, un nuevo frente diplomático abierto con Israel, y la creciente percepción internacional de que España ya no es un socio fiable. Todo por mantener a flote un Ejecutivo dividido.
¿Estamos ante una decisión de Estado o ante otro episodio de fragilidad política maquillado de ética? ¿Hasta qué punto puede un país romper compromisos internacionales por razones de imagen o conveniencia interna?
Los mercados y nuestros aliados ya están tomando nota.
