Pedro Sánchez mostró su implicación directa en el rescate de Air Europa tan solo cinco días después de que su esposa, Begoña Gómez, fuera supuestamente contactada por la empresa interesada. Según revelaciones publicadas por El Mundo, el presidente del Gobierno no solo estuvo al tanto, sino que también intervino activamente, proponiendo una alternativa más “nacional” al plan inicial que favorecía a una matriz británica.
En los mensajes con su ministro Ábalos, Sánchez dejaba clara su oposición al plan europeo, apostando por un enfoque que reforzara el papel estratégico de España en el sector aéreo. Aunque no se acredita delito alguno, los mensajes reflejan un estilo de gestión muy personalista, donde el presidente no solo opina, sino que dirige y decide.
