El Gobierno castiga la lealtad y premia la traición. En una semana han aparecido dos noticias sorprendentes. Por un lado, 45 policías nacionales se sentarán en el banquillo acusados de torturas y delitos contra la integridad moral cuando intentaban parar el Golpe de Estado del 1 de octubre de 2017. Por el otro, la Abogacía del Estado pide que se rebaje la pena a Oriol Junqueras tras la reforma del Código Penal hecha a medida para los golpistas. Parece increíble, pero está pasando.
