Italia saca pecho por haber sido capaz de controlar la inmigración ilegal y el gabinete de Georgia Meloni califica su labor de “extraordinaria”. Entre las medidas adoptadas se encuentran la declaración directa del estado de emergencia, el aumento de penas de cárcel hasta los 30 años por tráfico de inmigrantes, el cobro de 5.000 euros a cada uno de ellos mientras se tramita su petición de asilo, la Renta Ciudadana únicamente para aquellos que de verdad no puedan trabajar o la defensa de las fronteras también ante Bruselas. Ahora, la verdadera crisis de los inmigrantes ilegales está en Canarias.
