Los poderes de Bruselas han declarado la guerra a los movimientos patrióticos. Según Santiago Abascal, las altas esferas del poder no solo buscan censurar a quienes desafían su control, sino que están dispuestas a prohibir, perseguir y hasta encarcelar a quienes se opongan al sistema. Todo ello después del auge de los partidos que nacen por el descontento con la derecha tradicional.
