El que fuera defensor del menor en Madrid, Javier Urra, admite que muchos de los menas que no vienen a delinquir a España acaban arrastrados por el grupo. Asegura que el en los centros de menores, no se puede retener a los menas porque su objetivo es proteger, no retener.
Explica que algunos chicos, al llegar a España, se sienten abandonados. Tienen otra lengua, otra cultura y otra religión y se sienten aislados. Propone como solución más inversión de las administraciones públicas.