Casi 14 mil personas han fallecido a consecuencia de problemas cardíacos o circulatorios, convirtiéndose en la causa de muerte más habitual. Lo más frecuente son los infartos, pero pueden darse otros episodios como embolias o trombosis. Por detrás se situaron las enfermedades cerebrovasculares y el cáncer de bronquios y pulmón que son unas 11 mil personas.
