Todos tensan la cuerda, de una evidencia. Sánchez está solo con los presupuestos generales del Estado. La oposición se lo exige porque es su deber constitucional, pero es que día a día los aliados del Gobierno van dibujando las líneas rojas que dejan a Sánchez en un “zombi” parlamentario, en palabras de Feijóo. Sumar reclama debates a fondo sobre gastos militares y si no son compatibles con los gastos sociales, se opondrán. Podemos aún va más lejos ni hablar de gasto militar, atender exigencias como la vivienda y romper con el Estado de Israel. ¡Difícil dejan las cosas! Tanto que irónico Emiliano García Page se alegra de la soledad de Sánchez y propone que este sea el punto de inflexión de la ruptura del PSOE con Puigdemont. Algo que dejaría a España a las puertas de elecciones generales, que es lo que menos conviene a Pedro Sánchez. Ni un funambulista de prestigio, como es Sánchez, es capaz de cuadrar el círculo.
