Todo apunta a que lo que sucedido fue un exceso de confianza en las renovables. En el momento del apagón el mercado dependía en más de un 70% del sol y el resto de tecnologías como el ciclo combinado o las nucleares eran marginales. Los expertos llevan tiempo insistiendo en la ausencia de inercia, de estabilidad de las renovables y en cómo cualquier desajuste puede hacer caer todo el sistema. Esto es lo que paso ayer. Sin el respaldo de las nucleares y las hidroeléctricas – que no entraron en el mercado- la tensión quedó más vulnerable que nunca y todo el sistema se apagó de golpe. La propia Redeia alertó hace dos meses del riesgo de desconexiones por la elevada penetración de las renovables.
