El cambio de año ha traído el grueso de la maniobra de Sánchez para colocar como lideres autonómicos a los más devotos seguidores del sanchismo. Lo vimos antes de acabar el año, con Juan Lobato que criticó los métodos de acoso a Isabel Diaz Ayuso. El sustituto fue uno de los más fieles seguidores de Sánchez, Oscar López. Lobato fue depuesto, con carácter de urgencia. Ya con el nuevo año, se apartan a un lado los lideres andaluces y de Castilla y León, Espadas y Tudanca, para poner a María Jesús Montero y al soriano Carlos Martínez. En su favor: ser hooligans de Sánchez, vamos de los que se dejan las manos en el aplauso. Mientras tanto, Félix Bolaños continúa diciendo que el PSOE es un partido democrático, en el que la militancia decide los liderazgos. Todo ello nos lleva de bruces a la mentira, las primarias son un esqueleto en desuso. Predominan las cartas mercadas y lo que decida el líder supremo
