Aunque en el PSOE ya dan por cerrado el pacto con Sumar, los de Díaz insisten en que aún queda mucha tela por cortar para dar su ‘sí’ definitivo a Sánchez. Superadas las dificultades iniciales -prorroga del impuesto a la banca, creación del Estatuto del Becario o reconocimiento del Estado de Palestina- sigue habiendo un punto muy alejado del acuerdo: la reducción de la jornada laboral. Los de Díaz quieren arrancar la legislatura con 37,5 horas de trabajo semanales que progresivamente irían bajando hasta llegar a las 35.
