Santiago Abascal considera que el traspaso del palacete al PNV es una usurpación ilegal de un inmueble del Estado y advierte que el patrimonio de los españoles no se regala a nadie y menos a los enemigos de España. Por ello han iniciado una ofensiva jurídica. Han enviado cartas al PNV, a la vicepresidenta María Jesús Montero, al director general de Patrimonio, al Instituto Cervantes y al director del Instituto en París para pedir que se revierta el cambio de titularidad.
