El Presidente del Gobierno ha desmentido su candidatura
Pedro Sánchez ha dicho que su candidatura fantasma al cargo de Secretario General de la OTAN no deja de ser un bulo. ¿Y cómo iba a decir otra cosa? ¿Acaso podría el PSOE pedir el voto a los electores para un candidato a la presidencia del gobierno que, en realidad, se está trabajando ya una salida y tiene un plan de huida en caso –casi cierto– de debacle?
Sánchez no puede reconocer su candidatura fantasma a la OTAN porque sería tanto como reconocer de antemano su fracaso electoral a la presidencia del gobierno. No sería ya el pato cojo sino el pato sin patas.
Por lo demás, un desmentido del presidente de la mentira no es solo un contrafactual sino que carece de toda credibilidad.
La pregunta es: ¿Tiene alguna posibilidad Pedro Sánchez de llegar a ser el secretario general de la OTAN? Por raro que nos parezca, sí la tiene. Si bien tener posibilidades no es, sin embargo, tenerlo todo a favor.
La Administración Biden, los plazos o su buena imagen internacional, algunos de sus puntos a favor
En primer lugar, mal que nos pese, Sánchez, que miente en inglés con tanta soltura y convicción como en español, no tiene mala imagen fuera de España. Lleva cinco años cuidando su imagen en Europa, escondiendo al sector podemita en las relaciones internacionales y cediendo amable y sonrientemente a todo lo que le piden los poderes supremos del globalismo a los que lleva sirviendo desde que accedió al poder.
Jens Stoltenberg, quien sería entonces antecesor de Sánchez, ha terminado su mandato (que ha prorrogado ya dos veces). Por otro lado, la Administración Biden busca un candidato servil y de izquierdas (pero sin estridencias). Sin embargo, sus pactos de gobierno con los comunistas y los herederos de ETA no le ayudan demasiado. Tampoco su querencia hacia el Grupo de Puebla.
Los países mediterráneos están presionando para que el candidato sea griego, español, portugués, francés o italiano, y no anglosajón, centroeuropeo o hanseático. Designar a un candidato de país fronterizo o próximo a Rusia podría interpretarse como una provocación (aunque también como un acto de reafirmación de la defensa occidental de Ucrania: esto es importante y explica en parte esa insistencia de Sánchez en fotografiarse con Zelenski).
Aunque parece que los “atlánticos” están pensando en nombrar a una mujer.
Por último, es un hecho que Pedro Sánchez está buscando una salida internacional, y que la Secretaría General de la OTAN es una de las mejores. La abrupta convocatoria de las elecciones generales en medio de la presidencia española de la Unión Europea ha dejado entrever en el mundo aliado la falta de escrúpulos del personaje, que pone su ambición por encima de cualquier responsabilidad institucional. Y por aquí sí se le puede escapar el pescado entre las manos.