Tal día como hoy, 13 de enero de 1610, comenzaba oficialmente la expulsión de los moriscos de España. El día anterior se había leído el bando real en Sevilla. En él se ordenaba la salida inmediata de los musulmanes en territorio de la Corona, aunque en realidad el proceso había comenzado años atrás.
Los moriscos eran los musulmanes que permanecían en España desde el final de la Reconquista en 1492. ¿Cuántos eran? Se calcula que unos 300.000 en una población total de siete millones de habitantes. Eran particularmente numerosos en áreas de Andalucía y de Levante. Durante un siglo su integración en la Corona no había supuesto gran problema, pero a finales del XVI se solaparon varios acontecimientos. Por un lado, la Corona aspiraba a una mayor homogeneidad social y religiosa. Por otro, los musulmanes se resistían a abandonar sus prácticas. Pero lo que hizo insoluble el conflicto fue la guerra de España con el Imperio Otomano y con las repúblicas piratas de las costas de Argelia.
En efecto, la corona española, campeona de la cristiandad, se hallaba en guerra continua tanto con el Imperio Otomano, heredero del califato regular musulmán, como con los piratas berberiscos, que actuaban intensamente en el Mediterráneo occidental y, además, se hallaban ya en abierta alianza con el sultán otomano. A partir de la década de 1560 comienza la agitación entre la población morisca española. Pronto se constata que el oro argelino y turco estaba sufragando las revueltas de los moriscos en el sur. La guerra de las Alpujarras, en Granada, dio la medida de la gravedad del asunto. Fue una guerra atroz, entre 1568 y 1571, que iba a escribir páginas de auténtico horror.
La revuelta fue sofocada y decenas de miles de moriscos pudieron ser reasentados en otros lugares de España (entre otras cosas, por la presión de la nobleza terrateniente, que necesitaba esa mano de obra), pero la presencia de musulmanes en nuestro suelo estaba tocada de muerte. La situación exterior e interior permanecía idéntica: los moriscos no se integraban y la guerra con el turco seguía viva, de manera que el temor a una “quinta columna” musulmana en España era algo más que una hipótesis. En 1609 se llevaron a cabo los primeros procesos de expulsión, que afectaron sobre todo al Reino de Valencia. Enseguida, en enero de 1610, serán los moriscos andaluces. El 10 de enero se promulgó la orden, que sería leída públicamente en los días siguientes. A partir de aquel 13 de enero de 1610, y a lo largo de los seis años siguientes, unos 275.000 musulmanes abandonaron España con destino al norte de África.
Otros hechos:
587: El rey visigodo Recaredo declara su adhesión a la fe católica, rompiendo con el arrianismo de la minoría hispanogoda.
1532: Carlos I prohíbe marcar a los indios con hierros candentes, según era uso en la época.
1712: El Consejo de Castilla aprueba los estatutos del Monte de Piedad del padre Piquer: es el primer banco de España para personas necesitadas.