Tal día como hoy, 14 de septiembre de 1262, el rey de Castilla y León Alfonso X el Sabio conquistaba la ciudad de Cádiz. Con esta plaza las armas cristianas llegaban hasta el Atlántico y completaban la reconquista del valle del Guadalquivir frente a los musulmanes.
Alfonso X el Sabio contaba en aquel momento cuarenta años y llevaba diez en el trono. Las campañas militares no le eran ajenas: el rey, siendo todavía príncipe, había dirigido a las huestes castellanas en la conquista de Murcia, en la batalla de Jerez y en la decisiva reconquista de Sevilla. El control sobre el conjunto del valle del Guadalquivir era vital porque desarticularía cualquier intento musulmán por volver a penetrar en la península y de paso otorgaría a Castilla una región de enorme valor económico. La ciudad de Cádiz, de antiquísima historia, era por entonces una plaza venida a menos, muy poco poblada, pero conservaba una gran importancia estratégica en la medida en que permitía controlar los movimientos musulmanes entre Tarifa y Algeciras. La plaza había sido ya puesta bajo control político castellano por Fernando III el Santo, padre de Alfonso, pero sin ocupación efectiva. El rey Sabio lo hará.
Lo que Alfonso buscaba era, muy visiblemente, construir una gran base naval con fines comerciales y militares. Objetivo: las costas norteafricanas. No era sólo Cádiz lo que le interesaba: era toda la bahía. Era el año 1262 cuando los castellanos plantaron sus banderas en la vieja ciudad fenicia, griega y romana. Así Cádiz volvió a la vida. Los primeros cien colonos llegaron con un tal Guillén de Berja. Ellos serán los que reconstruyan la alcazaba y la muralla. El frente de guerra se trasladó así a las plazas del estrecho, donde intentarán hacerse fuertes los benimerines, el clan que por entonces gobernaba el norte de África. Todos los musulmanes que quedaban en la ciudad y sus aledaños fueron expulsados en 1264, después de una revuelta. La Cádiz cristiana será repoblada con gentes procedentes del norte de Castilla, primero, y enseguida con otros que venían de Laredo, Santander y Castro Urdiales, las villas marineras cantábricas, y que llegaron a la ciudad atraídos por el impulso del rey Alfonso a la industria naval. De hecho, Cádiz no tardará en ser elegida como sede de los astilleros reales. Desde entonces el nombre de Cádiz es inseparable de las grandes singladuras de los barcos españoles.
Otros hechos:
791: El rey de Asturias Bermudo I, derrotado en el Burbia, abdica en Alfonso II el Casto.
1593: El conquistador guipuzcoano Francisco de Argañaraz funda la ciudad de Jujuy, en el norte de la actual Argentina.
1823: Las tropas insurrectas liberales del general Rafael de Riego son derrotadas en Jódar, Jaén, por los Cien Mil Hijos de San Luis. Riego será detenido al día siguiente y posteriormente juzgado y ejecutado.
1846: Nace en Monzón, Huesca, el político y escritor Joaquín Costa, figura clave del “regeneracionismo”, de enorme influencia entre finales del XIX y principios del XX.
1914: Nace en Portbou, Gerona, el economista Fabián Estapé, colaborador de los planes de desarrollo del franquismo, introductor en España de la obra de Schumpeter y Galbraith.