Tal día como hoy, 18 de septiembre de 1868, comenzaba en España la revolución que terminaría derribando a la monarquía de Isabel II. Pasaría a la historia como “la Gloriosa”, pero realmente tuvo poca gloria.
Todo empezó con un golpe de Estado militar de cariz liberal: la sublevación del almirante Topete en Cádiz. Desde varios años atrás, el gobierno de Isabel II había naufragado en el caos de la crisis económica y las intrigas palaciegas. La reina, proclive a los liberales Olózaga y Espartero), había apoyado después a los moderados (los de Narváez), pero incluso éstos se sentían decepcionados. Como el país no funcionaba, numerosos sectores civiles y militares pensaron que la causa del problema era la persona de la Reina y sus excesivas injerencias en el gobierno. Los últimos movimientos de la Corona apuntaron a una solución de carácter “centrista” en la persona de otro general, O’Donnell, pero el régimen estaba ya herido de muerte.
A mediados de la década de los sesenta se juntaron los problemas económicos, la agitación social, las derrotas militares y el malestar de las clases dirigentes. Todo el país comenzó a conspirar contra la monarquía isabelina. En 1866 hubo una sublevación militar –la del cuartel de San Gil- que ya era republicana. Progresistas y demócratas pactaron en Ostende contra la monarquía. Y en la cabeza de la operación estaban no sólo los exiliados liberales y los republicanos, sino de manera muy notable los militares: Prim, Topete, Serrano, etc., que pasaron ostensiblemente de la fidelidad a la Corona a la traición en la certidumbre de que sólo así se salvaría el país. Fueron los años de la primera gran crisis financiera del capitalismo español, a la que se añadió una grave falta de alimentos por la reiteración de dos años con malas cosechas. La atmósfera no podía ser más propicia. A Topete le correspondió dar el primer paso: la sublevación de la flota. Eso fue el día 17 de septiembre. Era la señal para que, al día siguiente, el general Prim se pusiera a la cabeza del movimiento.
La reina Isabel de Borbón se exilió. La Revolución de 1868 dio lugar a un periodo de seis años de fuerte inestabilidad: hubo una regencia sin corona, una monarquía postiza –la de Amadeo de Saboya- y una República –la primera República española- sin que los problemas del país hallaran solución Finalmente la monarquía sería restaurada en la persona del hijo Isabel II, Alfonso XII.
Otros hechos:
737: Según la tradición, fecha del fallecimiento de Don Pelayo, primer rey astur.
795: Batalla de las Babias: el emirato de Córdoba lanza sus ejércitos contra el reino de Asturias; derrotan a las huestes cristianas y saquean Oviedo, pero no consiguen atrapar al rey Alfonso II el Casto.
1546: Batalla de Iñaquito, en el Perú: los encomenderos de Gonzalo Pizarro derrotan y dan muerte al virrey Blasco Núñez de Vela.