Tal día como hoy, 30 de septiembre de 1833, España amanecía a una nueva guerra civil. Sería la primera guerra carlista. El episodio iba a resultar determinante para el conjunto del siglo XIX español.
El rey Fernando VII acababa de morir el 29 de septiembre y su hermano el infante Don Carlos María Isidro, desplazado de la sucesión al trono, reclamaba sus derechos. Así empezaría la primera “carlistada”. En España había regido hasta entonces la Ley Sálica, de origen francés, que vetaba la corona para las mujeres. En consecuencia, el heredero legal de la corona de España era el hermano de Fernando VII, el infante Carlos María Isidro. Sin embargo, los sectores liberales del régimen maniobraron para que Fernando VII derogara la Ley Sálica y declarara heredera a su hija Isabel, una niña de tres años. Después de innumerables intrigas palaciegas, fue la operación de Isabel la que prevaleció.
Así España se dividió en carlistas, partidarios del infante Carlos, e isabelinos, partidarios de la princesa Isabel (o “cristinos”, por el nombre de la reina regente). En torno a los carlistas se agruparon los sectores de pensamiento tradicional, desde una fracción de la aristocracia hasta gran parte de la Iglesia y del campesinado libre. La conformación territorial del bando carlista, muy fuerte en Navarra, País Vasco, Cataluña, Aragón y Valencia, dotó además al movimiento con una reivindicación suplementaria: los fueros, es decir, las leyes tradicionales privativas de esos territorios. Desde el punto de vista socioeconómico, era determinante en sus filas el peso de los pequeños propietarios rurales. En torno a Isabel, por el contrario, se alinearon fundamentalmente los liberales, y de manera muy particular la burguesía urbana, que se convirtió en motor del régimen borbónico. La disputa entre absolutistas y liberales –semejante, por otro lado, a la que en ese mismo momento se vivía en otros lugares de Europa- se remontaba a los tiempos de las Cortes de Cádiz y ya había dejado en España ríos de sangre. Ahora esa disputa encontraba dos bandos bien definidos y dispuestos a aniquilar al otro.
El 1 de octubre, el infante Carlos publicaba el manifiesto de Abrantes, que era una reivindicación expresa del trono. Cinco días después era proclamado rey como Carlos V por los sublevados en la localidad de Tricio, en La Rioja. De este modo comenzó una guerra que duraría hasta 1840. Y eso sólo sería la primera, porque aún habrían de venir dos más.
Otros hechos:
649: Muere el rey godo Chindasvinto. Le sucederá su hijo Recesvinto.
788: Muere en Córdoba el emir Abderramán I, fundador del emirato andalusí independiente y primero de la dinastía Omeya en España.
1560: En Madridejos, Toledo, muere el teólogo dominico Melchor Cano.
1926: Milicianos del Frente Popular asesinan en Madrid al filántropo, periodista y académico Álvaro López Núñez. Con él matan también a una de sus hijas.