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Elecciones fraudulentas en el Ateneo de Madrid

Elecciones fraudulentas en el Ateneo de Madrid. Por Alfonso Vaamonde

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 La protesta de un ateneísta

Más artículos “al dictado”. Los periódicos corruptos no paran. El Presidente no los hubiera podido escribir mejor teniendo en cuenta sus limitaciones culturales; no fue capaz ni de dar el discurso inaugural del curso del Ateneo en 2021/22 ni en 2022/23 aunque sólo tenía que leerlo y otro se lo podía escribir, pero quizá temía que se notara su fraude, solo otro más, y que nos reiríamos. Los autores de los artículos no han pisado el Ateneo; el papel de “la voz de su amo” es servil y canino, nada profesional. No es decente engañar al lector con una versión falsa, por parcial, de lo sucedido. Tienen derecho a la verdad; pagan por recibirla; ¿por qué les estafan?

Las Normas Electorales (NE) son un fraude; no complementan el Reglamento como debían; lo contradicen. Se debe difundir la convoctoria “con la mayor publicidad posible” (art. 14); sólo se hizo por correo electrónico; se discriminó por “una condición personal o social” (art. 14 CE78) a cientos de ateneístas qu no pudieron ser candidatos, ni a la Junta de Gobierno (JDG) ni a la Electoral (JE), ni participar en los actos intermedios ¡ni que votaran!; ése era el objetivo. En la Junta Electoral salieron todos “de su cuerda” menos uno que dimitió al negarse los demás a verificar una impugnación a las NE por contradecir el Reglamento y violar la ley de Asociaciones (LODA) Estaban obligados a “preservar y garantizar el buen desarrollo del proco electoral y entender de las impugnaciones que se presenten” (art. 85), pero se negaron a hacerlo

Se lo reproché personalmente a una de sus miembros, abogada; no negó su obligación, pero me dijo “recurre” y me avergonzó como colega. Saben que violan el art. 11.2 de la LODA y que todo lo que hacen es Nulo de Pleno Derecho (NPD) (art. 2.5 LODA). Confían en que pase el tiempo y no pase nada; como con el hotel del Algarrobico.

Otra discriminación (art. 14 CE78) fue exigir el voto presencial; el Reglamento sólo prohibe el voto delegado (art. 14). Así impidieron que los socios mayores, muchos jubilados no viven Madrid, no voten. También prohibió a los candidatos “utilizar el censo para el desarrollo de su campaña” (art. 89) ocultando el correo postal, el electrónico y el teléfono para el desarrollo de su campaña directa. Discriminan así a los socios que no les votarían porque quieren que el Ateneo siga siéndolo; pero el Presidente llamó por teléfono a algunos socios que ni le conocían, según nos confesó uno, al que nunca le diera su teléfono. ¿Cómo lo obtuvo?

En el Ateneo se reconoce y ampara el derecho a emitir cualquier suerte de ideas por radicales que sean u opuestas a las de los demás (art. 13). Así ganó el título de “la Holanda de España”. Los ateneístas defendemos así la libertad de expresión, la democracia directa, la de Atenas que molesta a los dictadores La esencia del Ateneo es el debate; así sobrevivimos dos siglos a varias dictaduras. Debatir es regalar nuestras mejores ideas; ser ateneísta es aceptar las votaciones decentes; los socios invasores están callados, no tienen nada que ofrecer; su lema es ¡vota y calla!; el voto no es secreto hay que controlarlo; ni saben lo que votan; sólo quieren volver pronto a casa; el Ateneo no les importa; y aplauden su felonía tras aprobar las actas por mayoría absoluta de 32 votos a favor de 66 emitidos; perjuros como Fernando VII protestan si los socios que piensan quieren exponer lo que opinan, oír lo que opinan los demás, debatirlo, intentar el acuerdo y aceptar el resultado de la votación final. Les va el rodillo. “Somos mayoría aplastante” dice el Presidente; ¿para qué razonar? ¡Aplastemos! Roban el Ateneo; imponen el “pensamiento único”. Incapaces de pensar confunden el apasionamiento del debate con la bronca; están tan hechos al babero del “come y calla” en que han sido educados que tienen miedo hasta de pensar. ¿Por qué no crean su club totalitario y nos dejan disfrutar de nuestra democracia ateneísta? Sólo otros doscientos años, ¡porfa!

Felizmente no han podido cambiar el Reglamento ateneísta por el suyo dictatorial. Han perdido por más que hace medio año, pero seguirán dos años violando el Reglamento todos los días y aprobando las falsas actas con mayorías absolutas de 33 votos de 66, de 32 de 66, de 31 de 66, de 30 de 66, de 29 de 66. ¿Les dará vergüenza llegar a mayorías absolutas de 1 de 66? No lo creo.

(*) Las opiniones vertidas en este artículo corresponden al autor y son de su exclusiva responsabilidad.

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