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China responde a EE.UU. con nuevos aranceles sobre carbón, gas y petróleo

China responde a EE.UU. con nuevos aranceles sobre carbón, gas y petróleo

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Las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos han vuelto a intensificarse con la imposición de nuevos aranceles por parte de Pekín en respuesta a las medidas proteccionistas de Washington. A partir del 10 de febrero de 2025, el Gobierno chino aplicará aranceles adicionales a varios productos estadounidenses, lo que supone un nuevo capítulo en la guerra comercial entre ambas potencias.

Este enfrentamiento, que se remonta a 2018 con la administración de Donald Trump, sigue impactando gravemente a la economía global, afectando a sectores clave como la energía, la industria manufacturera y la tecnología. La reciente decisión de China no solo responde a las políticas arancelarias de EE.UU., sino que también busca reafirmar su posición en la disputa comercial.

El Ministerio de Finanzas de China anunció la aplicación de un arancel del 15% sobre el carbón y el gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos, así como un 10% sobre el petróleo crudo, la maquinaria agrícola, los automóviles de gran cilindrada y las camionetas. Esta medida se enmarca como una represalia directa a la decisión de Washington de imponer un arancel adicional del 10% sobre productos chinos.

Según Pekín, estas nuevas tarifas buscan contrarrestar las acciones proteccionistas de EE.UU., que considera una violación de las normativas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). China ha manifestado su rechazo a las restricciones impuestas por Washington, argumentando que afectan el equilibrio del comercio internacional y dañan la cooperación económica entre ambos países.

El Ministerio de Comercio de China también ha declarado que presentará una denuncia formal ante la OMC, señalando que las políticas de aranceles de EE.UU. van en contra de los acuerdos internacionales y perjudican no solo a las dos naciones, sino también a otros países dependientes del comercio global.

EE.UU. justifica sus aranceles con preocupaciones de seguridad

Por su parte, el gobierno estadounidense ha defendido la imposición de aranceles adicionales como una medida de protección nacional tanto sobre China como otros países, argumentando que estas restricciones buscan hacer frente a la inmigración ilegal y al tráfico de drogas, con especial énfasis en el fentanilo.

La crisis del fentanilo ha sido uno de los principales problemas de salud pública en Estados Unidos, y la administración estadounidense ha señalado a China como una fuente clave en la fabricación de precursores químicos utilizados en su producción. Sin embargo, China ha rechazado estas acusaciones, calificándolas de pretexto para justificar una guerra comercial injustificada.

Este enfrentamiento no es nuevo. Desde la administración de Donald Trump, EE.UU. ha implementado diversas medidas contra China con el argumento de proteger los intereses económicos nacionales y reducir el déficit comercial. Con la administración de Joe Biden, la línea de política económica se ha mantenido, reforzando la imposición de tarifas y restricciones tecnológicas contra empresas chinas.

Impacto global y consecuencias para la economía mundial

1. Afectación a las cadenas de suministro internacionales

Uno de los principales efectos de la guerra comercial entre China y EE.UU. es la disrupción en las cadenas de suministro globales. Al imponer restricciones al comercio de recursos energéticos como el gas y el petróleo, la medida china podría influir en el aumento de precios de la energía, afectando a sectores industriales y a consumidores de todo el mundo.

Además, el encarecimiento de la maquinaria agrícola y los automóviles estadounidenses en el mercado chino podría perjudicar gravemente a fabricantes norteamericanos, que dependen de la demanda del gigante asiático para mantener sus exportaciones.

2. Consecuencias en el mercado energético

El gas natural licuado (GNL) es un recurso fundamental para China, que ha diversificado sus proveedores en los últimos años. Al imponer aranceles del 15% sobre el GNL de EE.UU., China podría fortalecer sus relaciones con otros exportadores como Catar, Rusia y Australia, redirigiendo su demanda hacia estos países.

Asimismo, el petróleo crudo estadounidense, que ya había sido objeto de disputas en el pasado, podría verse afectado por la medida, generando fluctuaciones en el mercado energético internacional.

3. Posibles represalias de EE.UU.

Ante la respuesta china, Washington podría endurecer aún más sus restricciones comerciales. En el pasado, EE.UU. ha utilizado controles de exportación para limitar el acceso de China a tecnología avanzada, como semiconductores y equipos de telecomunicaciones. En este contexto, es posible que la administración Trump refuerce las medidas contra empresas tecnológicas chinas como Huawei o SMIC, intensificando la batalla en el sector tecnológico.

Además, Washington podría evaluar nuevas sanciones financieras para presionar aún más a Pekín, afectando el acceso de empresas chinas a los mercados de capital internacionales.

¿Hacia una guerra comercial prolongada?

A pesar de las continuas negociaciones y reuniones diplomáticas entre ambos gobiernos, la guerra comercial entre China y Estados Unidos sigue sin resolverse. Cada nueva medida de represalia genera mayor incertidumbre en el comercio global y plantea desafíos para las empresas que dependen de la estabilidad del mercado.

Los expertos advierten que, de no encontrar una solución negociada, la disputa entre las dos principales economías del mundo podría convertirse en un conflicto prolongado, con consecuencias impredecibles para la inversión, el crecimiento económico y la estabilidad financiera global.

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