La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a Fernando Villén, exdirector general de la Fundación Faffe, y a Antonio Torres, exalcalde socialista de Lebrija, por un caso de malversación relacionado con la creación de un puesto de trabajo ficticio dentro de dicha entidad pública, dependiente de la Junta de Andalucía.
Torres, quien percibió cerca de 360.000 euros en sueldos sin haber trabajado un solo día, ha sido condenado a dos años y tres meses de prisión, además de ser inhabilitado para ejercer cargos públicos. Según la sentencia, tras perder la alcaldía en 2003, acudió a Villén en busca de un empleo. Este último, motivado por su afinidad política y amistad con Torres, le incorporó a la Fundación sin justificación legal ni necesidad alguna.
El tribunal considera probado que el cargo de Torres fue completamente ficticio. Villén creó una plaza inexistente —bajo el nombre de Dirección de Relaciones Externas— que carecía de funciones, personal, despacho o reflejo en el organigrama oficial. Pese a ello, Torres impuso que su contrato fuese indefinido y fijó sus propias condiciones laborales.
Por su papel en el caso, Fernando Villén ha sido condenado a tres años y seis meses de cárcel, además de ser inhabilitado durante trece años (seis de forma absoluta y siete de forma especial). Ambos se han beneficiado de la atenuante de dilaciones indebidas, dado el prolongado tiempo de tramitación del caso. La resolución deja claro que el puesto fue diseñado exclusivamente para permitir el cobro irregular de fondos públicos procedentes de subvenciones para formación laboral.