Los alemanes y su visita de inspección a Doñana
Los alemanes han intentado irrumpir en el proceso electoral español –de hecho, lo han hecho ya- anunciando una visita de “inspección” a Doñana, como si España tuviera que ser supervisada por Alemania y ésta tuviera derecho a examinar a una nación soberana de la que, además, al parecer, es socia y co-miembro de la Unión Europea.
Al margen de las fundadas sospechas sobre las verdaderas intenciones de esa delegación (intenciones, como siempre, económicas: ¿cuántas empresas alemanas cultivan la fresa en Marruecos?) cualquier observador imparcial debe levantar la ceja y recordar cómo esos mismos políticos centroeuropeos desmantelaron, por aparente razones ecológicas que escondían, como siempre, interesases corporativos, sus fuentes de energía y las sustituyeron por las llamadas renovables y la dependencia del gas ruso. Luego, casualmente, las empresas energéticas rusas han venido contratando a los líderes políticos alemanes que promovieron el cambio de modelo y subvencionando generosamente los “movimientos ecologistas” y medios de comunicación alemanes, que agitaron convenientemente las calles para ese mismo fin.
La torpeza política alemana es legendaria y no descansa nunca: coparon la U.E. hasta desfigurarla (Merkel era la Unión y la Unión era Merkel), cometieron todos los errores con Putin, y trabajaron sin tregua para ponernos a todos a merced del gas ruso. Consecuencias: Brexit y alza de precios de la energía. Ahora se trata de trabajar para Marruecos (¿hay otro gate aquí?) y, cómo no, para el capital de la industria alimentaria alemana que ha invertido grandes cantidades en el sector agrícola del país alauita.
¿Para cuando una inspección de diputados españoles a las compañías energéticas y a las explotaciones y multinacionales agrícolas alemanas? Háganlo además, si es posible, en medio de un proceso electoral.
Que nadie reciba a esos cinco parlamentarios alemanes y que se vayan con sus oscuros intereses a girar visita, por ejemplo, a Ucrania, de cuyos desastres tiene su país un alto grado de responsabilidad.
