Tres propuestas de la candidata
Yolanda Díaz, que es una creación de márqueting de Moncloa para ningunear a Podemos y comportarse en el mercado político como la marca blanca de Pedro Sánchez, se está cubriendo de gloria en los primeros pasos de la campaña electoral. Ha lanzado al escenario en 24 horas tres propuestas que demuestran lo que da de sí esa candidata, a la sazón vicepresidente del gobierno: la bonoloto de los 20.0000 euros de regalo para los chavales de 18 años; la censura mediática y el pacto de estado contra la censura artística.
La bonoloto de los 20.000 euros es una ofensa a los cientos de miles de trabajadores españoles que ganan esa cantidad al año con el sudor de su frente. ¿Cuántos de ellos no habrán pensado, indignados por el agravio, que el dinero que ellos tardan un año en ganar se lo quiere regalar esta señora a los jóvenes por el mero hecho de cumplir 18 años? ¿Cuántas mujeres que cobran su pensión de viudedad de 700 euros al mes, no habrán sentido nuevamente el abandono de la vicepresidenta que en lugar de dignificar las pensiones regala electoralmente a sus nietos el triple de la cantidad anual que ellas perciben? ¿Cuántas personas que tienen que hacer frente a la dependencia de sus familiares no se estarán acordando de esta irresponsable que por egoísmo electoral promete un regalo insolidario, arbitrario y discriminatorio del todo?
La segunda ideica de Yolanda es «expulsar» del periodismo a quien «manipule y desinforme». Es decir, la típica purga estalinista para eliminar de los medios de comunicación a periodistas incomodos y críticos. La candidata retomó aquí medidas ya practicadas por sus admirados congéneres de Venezuela, Cuba o Nicaragua. Cierto que, ante el escándalo, la fashionaria tardó unas 12 horas en retirar la propuesta. Según la gente de SUMAR, se trataba de un mero borrador (es lo que suele decirse en estos casos).
La tercera propuesta, de ayer mismo, es un “pacto de estado” con todas las “fuerzas políticas” para “acabar con la censura artística”. La ocurrencia es, claro, un acto de peloteo de la candidata hacia los titiriteros de la ceja, afines y serviciales. ¿A que tipo de censura se refiere? ¿A la que practican los productores y directores del régimen con los profesionales que no militan en la secta progresista? En las cavernas almodovorianas (ríase Ud. del búnker del franquismo) no solo se exige ya no ser de derechas para poder trabajar en “los ambientes”, sino un activismo combatiente sin cuya práctica uno se convierte en un sospechoso fascista al que no se debe contratar. Hay que ser de izquierdas y además parecerlo y demostrarlo para moverse con éxito en ese mundo de la cultureta española. La única censura artística que se practica en España es la de la cancelación progresista, pero a Yolanda no se le ocurrió otra cosa, para agradecer el apoyo de los de la ceja, que pedir un pacto de estado contra la censura.
Yolanda es un globo que se va a pinchar. Sánchez, su creador, está asustado con ella. Perdido ya el gobierno, no quiere perder también el liderazgo en la izquierda. Sabe Pedro que solo hundiendo a Yolanda podrá mantenerse al frente del PSOE que, nos tememos, es ya su último objetivo.