El mercado laboral español ha arrancado 2025 con preocupantes señales de deterioro. Según los datos publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el paro ha aumentado en 193.700 personas durante el primer trimestre del año, un repunte del 7,4% que eleva la cifra total de desempleados hasta los 2.789.200. Se trata del mayor incremento del paro en este periodo desde 2013, reflejando un frenazo significativo en el ritmo de creación de empleo.
Además, en estos tres primeros meses se han destruido 92.500 puestos de trabajo (-0,4%), afectando especialmente al sector público, que ha reducido su plantilla en 92.200 empleos. Un hecho que contrasta con el discurso gubernamental sobre la «fortaleza» del mercado laboral y que pone en evidencia la necesidad de políticas económicas más orientadas a estimular la iniciativa privada y la generación de empleo estable.
La tasa de paro ha subido hasta el 11,36%, el nivel más alto en un primer trimestre desde 2024, mientras que el número total de ocupados ha descendido a 21.765.400 personas, rompiendo la histórica barrera de 21,8 millones de trabajadores que se había alcanzado el año pasado.
No obstante, si se elimina el efecto estacional, el Gobierno ha defendido que en términos ajustados se ha superado por primera vez la cifra de 22 millones de ocupados. Un dato que, aunque positivo, no oculta la fragilidad estructural que sigue arrastrando el mercado laboral español.
Evolución interanual del paro: luces y sombras
A pesar del mal dato trimestral, la comparativa interanual muestra un balance algo más favorable. En los últimos doce meses, el número de parados se ha reducido en 188.700 personas, mientras que el empleo ha crecido en 515.400 nuevos ocupados.
Esta evolución confirma que, aunque el empleo creció con fuerza en 2024, los primeros meses de 2025 reflejan un entorno de mayor incertidumbre económica, que empieza a afectar a las contrataciones.
El deterioro se siente en los hogares
El impacto social del deterioro laboral es también palpable. El número de hogares con todos sus miembros en paro ha crecido un 6% hasta marzo, mientras que los hogares con todos sus miembros ocupados han disminuido un 1%, un dato especialmente preocupante en términos de cohesión social y estabilidad familiar.
Por otro lado, la tasa de actividad ha registrado un leve incremento, situándose en el 58,57%, con más de 24,6 millones de personas activas, lo que refleja que la población sigue buscando empleo a pesar de las dificultades del mercado.