Primer fracaso electoral del proyecto de izquierda separatista de Pedro Sánchez tras la amnistía
Galiza Ceibe fue un partido de extrema izquierda independentista que alumbró, junto a otros, al BNG. Si uno ve en perspectiva la política gallega de los últimos cuarenta años no parece que los gallegos sean partidarios de esa “liberación” antiespañola y antidemocrática. Todo lo contrario.
El resultado de las elecciones autonómicas de Galicia tiene muchas lecturas. Pero la primera de ellas es que Galicia se la liberado, una vez más, del Frente Popular nacionalista y de izquierdas. Es quizás la más española y la más constitucionalista de las Comunidades Autónomas llamada históricas. Y la que tiene más futuro de las tres.
La segunda es que el PSOE está en caída libre. Las elecciones gallegas, en las que tanto Pedro Sánchez como Rodríguez Zapatero se han volcado, ha sido un plebiscito anti-Sánchez en toda regla. El rechazo es importante no solo porque el varapalo al socialismo no tiene precedentes, con pérdida de hasta 11 puntos en Vigo, sino porque ese varapalo se lo lleva en una Comunidad que demuestra que cuando el PSOE se hace nacionalista, pierde voto a chorros en favor de los partidos nacionalista e extrema izquierda. La historia en Cataluña es la misma. Y se repetirá una vez más en las próximas elecciones autonómicas vascas. Si ese resultado, esa tendencia no produce una rectificación en el PSOE –algo impensable- su descomposición es cuestión de tiempo.
La tercera lectura de las elecciones gallegas es que Alberto Nuñez Feijóo ha obtenido un incuestionable respaldo y ha fortalecido su liderazgo de manera indudable. Si Sánchez ha perdido su plebiscito, Feijóo ha ganado el suyo. Hay Feijóo para rato. Las elecciones europeas confirmarán esa tendencia, que ya es imparable.
La cuarta lectura es que ni con todo el marqueting del búnker oficialista de la izquierda y del nacionalismo, el BNG es capaz de ganar las elecciones en Galicia. Su lideresa, Pontón, loba con piel de cordero por la que había apostado el régimen, no ha conseguido embaucar más que a los sanchistas del PSG. Su opción, la opción de llevar al BNG al gobierno de la Xunta, era ahora o nunca, y ha sido nunca.
La quinta lectura es que Sumar ha desaparecido. Yolanda Díaz es un cadáver político andante. No tiene recorrido. Fin de sumar. Fin de Podemos también. Sus disparates estratégicos, su pase de la extrema izquierda al extremo nacionalismo, han conducido a los del 15-M a la desaparición. Ya era hora. Abramos el champán.
Y Vox se sitúa como cuarta fuerza política, lo cual demuestra que no ha perjudicado nada al PP y que ambos partidos tienen espacio propio.
Las elecciones gallegas son, además, las primeras que se celebran después de la amnistía. La próxima derrota será en as elecciones europeas. Gran fracaso de Sánchez y de Yolanda Díaz. El gobierno empieza a necesitar respiración asistida. No se la den.