En marzo de 2022, una reunión entre Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Sundar Pichai, CEO de Google, ha levantado algunas sospechas. Poco tiempo después de este encuentro, Google incrementó su inversión en un software vinculado a la cátedra de Transformación Social Competitiva, dirigida por Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno en la Universidad Complutense de Madrid.
La aportación inicial de 40.000 euros por parte de la multinacional tecnológica se triplicó hasta alcanzar los 110.000 euros, lo que ha suscitado dudas y críticas sobre el verdadero propósito detrás de esta ampliación presupuestaria.
¿Coincidencia o tráfico de influencias?
El aumento en la inversión de Google, ocurrido justo después del encuentro entre Sánchez y Pichai, ha sido interpretado por algunos sectores como un caso potencial de favoritismo o conflicto de interés. Aunque Google defendió su decisión argumentando un aumento en la complejidad técnica del proyecto, el contexto y las relaciones personales involucradas han generado controversia.
El software de Begoña Gómez en cuestión pretendía ser una herramienta innovadora para pequeñas y medianas empresas (pymes), ayudándolas a medir y planificar el impacto de sus objetivos de desarrollo sostenible, lo cual al parecer llamó la atención de Google. Sin embargo, el hecho de que esta iniciativa estuviera vinculada a la cátedra dirigida por la esposa del presidente del Gobierno ha llevado a muchos a cuestionar si el aumento de la inversión responde únicamente a criterios técnicos o si hubo una influencia política en la decisión.
El hecho de que esta inversión adicional se realizara tras una reunión de alto nivel ha añadido más leña al fuego. Durante ese encuentro, se trataron temas estratégicos para España, como la innovación tecnológica, la digitalización y la sostenibilidad. Sin embargo, el vínculo personal de Begoña Gómez con el proyecto financiado por Google ha levantado sospechas sobre posibles tratos de favor hacia el entorno familiar del presidente.
A esto se suma la poca claridad sobre los acuerdos alcanzados durante la reunión. Si bien es habitual que los mandatarios busquen atraer inversiones extranjeras para proyectos nacionales, el caso específico de un incremento dirigido a un proyecto relacionado con la familia del presidente se percibe como un tema sensible que podría rozar los límites éticos.
El impacto del proyecto: un desenlace decepcionante
El escándalo no solo gira en torno a la inversión de Google, sino también a los resultados del proyecto. A pesar de la millonaria aportación, el software desarrollado no logró alcanzar una adopción significativa por parte de las pymes y la web actualmente no está operativa. Esto ha intensificado las críticas, ya que la percepción general es que una iniciativa con un trasfondo polémico terminó siendo un fracaso técnico y social.