María Muñoz de Fernando empezó a dibujar en las bodas de casualidad. “Fue por hacerle un favor a una amiga”, recuerda esta abulense, que en solo un año y medio se ha convertido en una de las artistas de referencia en el sector. “Tengo 500 solicitudes al año pero solo acepto entre 10 y 20”, explica. María insiste en que contratarla implica “mucho más que una ilustración” y que intenta aportar un valor añadido único a cada celebración.
