La creciente inseguridad que sufren los empleados públicos y ciudadanos que utilizan el servicio de autobuses en varias ciudades de España es cada vez más latente.
En Sevilla, donde los autobuses que circulan por barrios conflictivos como el Polígono Sur y las 3000 Viviendas, están siendo blanco de actos de vandalismo. La empresa municipal ha decidido modificar el recorrido de varias líneas tras registrar al menos 30 episodios de vandalismo en los últimos meses, lo que pone en evidencia la gravedad de la situación.
En Vizcaya, donde han implementado un botón de pánico en los autobuses después de 235 agresiones en los últimos años, se ha implementado una medida que busca garantizar la seguridad de conductores y pasajeros. Con un aumento preocupante en las agresiones verbales y físicas, los datos revelan la gravedad del problema.
