Durante su intervención tras la reciente crisis eléctrica, Pedro Sánchez no ofreció explicaciones claras ni asumió responsabilidad alguna por lo ocurrido. En lugar de ello, señaló a las centrales nucleares como parte del problema, afirmando que estuvieron apagadas y que fue necesario desviar hacia ellas grandes cantidades de energía para mantener sus núcleos. Sin embargo, los hechos indican que estas centrales, aunque casi desconectadas como dicta el protocolo ante un cero energético, fueron esenciales para restablecer progresivamente el suministro gracias a su estabilidad y a la inercia que aportan al sistema.
Este episodio reabre el debate sobre el papel de la energía nuclear en el mix energético, especialmente en un contexto europeo donde países como Francia, Suiza o Bélgica no sólo mantienen, sino que amplían su capacidad nuclear. Mientras tanto, en España, el objetivo sigue siendo el cierre escalonado de todas sus centrales entre 2027 y 2035, a pesar de que actualmente suponen el 20% de la generación eléctrica nacional.
Analizamos las declaraciones del presidente, el papel real de las nucleares durante la crisis y el contraste entre la política energética española y la del resto de Europa.
